Quizás sea el Camino del Norte el más bonito de los Caminos a Santiago, ya que discurre por bosques y más bosques, aunque es verdad que a veces y gracias a la mano de las personas cruza autopistas y carreteras nacionales, aunque en general pasarás por montones de bosques, aldeas perdidas, pueblos encantadores y conocerás el mundo rural gallego.
Es un camino duro, montañoso, por lo que es recomendable diseñar etapas cortas, 20 - 25 km, ya que hay días que se convierten en verdaderos rompepiernas con subidas a montañas de 18 km cuesta arriba. Es también importante el tiempo meteorológico, ya que si tienes mala suerte se puede llegar a pasar regular.
Como cosa negativa, la falta de infraestructura para conseguir avituallamiento, muchas aldeas por las que pasa ni siquiera tienen una tiendecilla para comprar agua, y te encuentras largas caminatas de 15 km sin un lugar donde repostar. Aún así, con un poco de previsión se convierte el Camino del Norte en un lugar para disfrutar.
Esta ruta era una alternativa al Camino Francés durante la Edad Media, muchos peregrinos que venían de Europa en vez de cruzar el norte desde Roncesvalles tomaban la senda por Irún y discurrían paralelos al Mar Cantábrico hasta dejar Asturias por Ribadeo, ya en Galicia. Otros llegaban a Oviedo y continuaban por el Camino Primitivo.
El Camio del Norte conecta con el Camino Francés en Arzúa. Detallaremos la experiencia vivida saliendo desde Ribadeo y llegando a Compostela.
ETAPA 1. RIBADEO - VILANOVA DE LOURENZÁ
Ribadeo es una población grande limítrofe con Asturias, aunque a diferencia de otros pueblos grandes la salida si está bien señalada, siendo ésta a través de una avenida principal la que te conducirá directamente a los campos.
Esta etapa es dura, ya que se convierte en un continua subir y bajar cuestas, desde el mismo Ribadeo.
Cruzarás los primeros bosques del norte de Lugo y verás los primeros campos llenos de vacas. El Camino transcurre a través de pistas asfaltadas, pequeñas aldeas, campos y de vez en cuando carreteras nacionales, lo que hace que se convierta en peligroso cuando ésto ocurre.
Algo a tener en cuenta durante este día es la falta de lugares para avituallamiento, es decir, cruzarás varias aldeas casi despobladas o donde viven algunas familias de vaqueiros sin tiendas ni nada por el estilo para comprar agua, por lo cual es muy importante que lleves un par de litros desde el inicio y los vayas gastando racionadamente, ya que hasta 5 km antes de Lourenzá no hay un bar.
Lo más bonito de esta etapa sin duda es la cantidad de aldeas que cruzas, las vacas y los bosques. El Camino está perfectamente señalado, no te perderás nunca, a pesar de no ser muy transitado.
Vilanova de Lourenzá es un pueblo que a pesar de ser pequeño, en comparación con las aldeas vistas este día, parece una gran ciudad, ya que cuenta con supermercados, bares, cafeterías, tiendas y un monasterio con catedral.
El albergue está bastante bien, muy bien cuidado y con plazas suficientes para la gente que recorre este camino a Santiago.
ETAPA 2: VILANOVA DE LOURENZÁ - GONTÁN
Esta etapa tal cual se realizó es muy dura, ya que hay una subida de unos 20 km continuos que más adelante se describirá, pero para los no iniciados decir que es realmente dura.
El día comienza saliendo de Lourenzá dirección al bosque, el cual casi no abandonaremos en ningún momento de la primera parte de la etapa.
A través de él iremos alternando pequeñas aldeas con camino pararelo a la carretera, donde podrás observar montones de iglesias con cementerios que llaman la atención.
A medida que avanza la jornada irás conociendo el mundo rural lucense, especialmente ganadero, por lo menos todo lo que vas cruzando.
Poco a poco el Camino empieza a elevarse, por lo que si no estás muy preparado, mejor hacer noche en Mondoñedo, población grande, muy agradable, donde destaca su catedral y su universidad, sorprende que en medio de la naturaleza surja un pueblo como este. Merece la pena hacer noche o por lo menos descansar aquí un buen rato...porque lo que queda hasta Gontán es realmente duro...20 kilómetros de subida continua y agotadora.
La entrada a Mondoñedo se hace por carretera comarcal, cruzarás puentes medievales y sus calles te llevarán hasta el centro del pueblo, que está poblado de bares, farmacia, etc.
Si decides seguir camino desde Mondoñedo a Gontán señalar que mejor haber tomado aliento y comenzar la escalada. Salir de Mondoñedo empieza resultando complicado, está regular señalado, como consejo decir que se sale por detrás de la catedral y subiendo calle arriba hasta que encuentras las señales del Camino de Santiago. Desde ese inicio la cosa va cuesta arriba. Los primeros kilómetros por pista asfaltada, lo que se convierte en peligroso debido a la circulación de coches. Una vez que vas subiendo resulta una bella estampa las vistas desde arriba del pueblo anterior.
A lo largo de la subida primera cruzarás campos de vaqueiros, pequeños horreos, pequeñas capillas, etc, todo bastante bonito. Al cabo de un buen rato la pista se acaba y te adentras en el campo. La subida se endurece todavía más, ya que el desnivel es mayor.Lo peor está por llegar, al final de la interminable cuesta llegas por fin como a una zona llana de bosque que es la antesala de Gontán. Decir que quizás, para una sola etapa es mucho kilometraje, además, Gontán es una aldea con el albergue, dos bares y una tienda. Encima, uno de los bares no ponía comidas y el otro a las tres de la tarde cerraba la cocina...supongo que hoy día todo esto habrá evolucionado. Es una localidad para meditar y reflexionar, porque la tranquilidad te acompañará toda la tarde.
Esta es una etapa corta y realmente bonita, ya que casi desde el principio vas a poder disfrutar de la naturaleza en su sentido más pleno, cruzando campos, bosques, ríos...
La salida de Gontán es casi mejor hacerla a primera hora de la mañana, después de haber desayunado en el bar de la aldea, ya que el siguiente pueblo es Abadín, que está a pocos minutos y no encontrarás practicamente nada hasta llegar a Villalba.
Una vez que pasas Abadín la senda empieza a adentrarse en el bosque, el cual irás dejando de vez en cuando para cruzar pequeñas aldeas con sus iglesias y cementerios al pie de la misma carretera, lo cual resulta verdaderamente espectacular.
Entre aldea y bosques comprenderás la importancia de la ganadería vacuna en Lugo, pues irás topándote con montones de vacas a cada paso, eso si, es importante que lleves un bastón o bordón de peregrinos, pues en muchas ocasiones los campos están abiertos y los perros sueltos, lo que produce situaciones muy tensas, aunque al ser perros guardianes no suelen atacar.
La señalización como en toda Galicia es perfecta, a pesar de ser un camino muy poco transitado no debes tener problemas. Antes de llegar a Vilalba pasarás por un corredor de casitas que indican claramente que se acerca una población grande.
La llegada a Vilalba se hace por carretera nacional, son pocos kilómetros, pero como siempre el peligro está presente. Al llegar al pueblo lo primero que sorprende es que es una gran localidad, bastante grande, nada que ver con los pueblecillos que hemos cruzado en estos últimos días. Hay un problema, el albergue queda un poco retirado del centro, con lo cual tienes que hacerte un par de kilómetros si quieres pasar la tarde visitando la ciudad. Junto al albergue, que está en la carretera hay un pabellón polideportivo con bar...por cierto, con cada bebida ponen un montadito y cuando llegas cansado se agradece, ya que al ser un albergue público la entrada es a las 13:00.
Para salir de Vilalba debes encaminarte por la carretera nacional dirección al centro de la ciudad, cruzarás avenidas, barrios grandes, hasta que te adentras en el corazón de la población. Las conchas peregrinas que están en las baldosas del suelo te llevarán hasta las afueras del pueblo.
Esta etapa a pesar de no ser muy larga resulta dura por las constantes subidas y bajadas y por la alternancia de bosques, aldeas casi deshabitadas y un último tramo de unos 7 kilómetros por carretera nacional que resulta bastante desagradable y peligroso.
Tras abandonar Vilalba nos adentramos en un bosque cruzado por un río que resulta muy estético, parece sacado de una película, luego empezaremos a subir cruzando, como se ha indicado aldeas despobladas, campos de cultivo y más bosque.
Después de muchos kilómetros llegaremos a San Xoan de Alba, donde puedes para a descansar y reponerte porque lo que queda hasta Baamonde es mucha carretera, cruzada de vez en cuando por pequeños caminos paralelos.
Baamonde es una pequeña población, pero que esconde muchos encantos. El albergue es grande, pero si por casualidad te quedas sin sitio en la carretera hay una pensión que ofrece cama para el peregrino. El pueblo tiene una iglesia parroquial románica con tres cruceiros en la entrada y un castaño que con su interior esculpido.
Por último, en Baamande no puedes dejar de ir a comer o/y cenar a una taberna típica que está muy cerca de la iglesia regentada por un personaje entrañable, cuyo nombre no recuerdo, pero si lo ves no te equivocarás, mayor, barba larga blanca, poeta galego. Sin duda mejor que allí no se come en todo el Camino de Santiago, el mejor caldo gallego, pimientos de Padrón, queixada...todo un lujo.
ETAPA 5. BAAMONDE - SOBRADO DOS MONXES
Esta etapa resulta realmente engorrosa y larga, son cerca de 42 km, buena parte de ellos entre carreteras y pistas asfaltadas.
La salida de Baamonde se hace cruzando las vías del tren y discurre durante varios kilómetros en paralelo a ellas, una vez que abandonas este tramo, a través de pistas asfaltadas cruzarás varias aldeas como Digañe, Raposeira, Carballedo.
Siguiendo el asfalto se llega a Miraz, donde hay un albergue y desde este punto comenzamos una subida que llevará hasta la provincia de A Corunha donde irás pasando por otra serie de aldeas, muchas de ellas casi sin señales de vida hasta A Marcela, donde hay un bar para repostar.
Desde aquí bajamos cruzando carreteras y pistas asfaltadas hasta la Laguna de Sobrado, a veces hay que andar por intuición por la mala señalización, y finalmente logramos alcanzar el Monasterio de Sobradodos Monxes. Punto y final de la etapa.
ETAPA 6. SOBRADO DOS MONXES - ARZÚA
Hoy se presenta el día con ilusión por llegar a Arzúa y rencontrar al Camino Francés, bastante diferente socialmente al del Norte. Hemos tenido varios días de paz, bosques muy encantadores, aldeas, etc y ahora toca volver a sentir el calor de los caminantes.
La estapa es corta, 21 km aproxiamdamente, los primeros pasos van por carretera para por pistas forestales cruzar pequeñas aldeas, luego retornamos de nuevo a la carretera, ingrata, como siempre. La etapa tiene poca historia y mucho asfalto, con lo cual pasadas cuatro horas al llegar a Arzúa, respiras y descansas preparando las dos últimas caminatas antes de alcanzar Santiago de Compostela.
ETAPA 7. ARZÚA - O PINO
Abandonamos Arzúa cruzando todo el pueblo e introduciéndonos por las calles más antiguas de la localidad que nos llevarán de pleno al campo. Tenemos ante nosotros la penúltima etapa del Camino, aunque también se puede hacer de una vez...
Comenzamos con una bajada que te lleva hasta el bosque, aquí tenemos subidas y bajadas, no muy pronunciadas, pero si que cansan.
La etapa transcurre entre bosques y campos, cruce de aldeas y algún tramo por carretera, que a veces se vuelve incluso peligroso. Uno de esos puntos está en Santa Irene, donde hay un albergue.
La etapa es corta, son unos 18 km, aunque al cruzar tanta arboleda resulta muy relajante y bonito, un paseo en plena naturaleza.
O Pino es una localidad donde en los últimos años se han reproducido los albergues, realmente a veces merece la pena casi seguir hasta Santiago, ya que es un pueblo donde la tarde a veces se hace larga. De todas formas, cuesta desprenderse del Camino, ya que haciendo noche aquí tenemos un día más para disfrutar del Camino de Santiago.
ETAPA 8. O PINO - SANTIAGO DE COMPOSTELA
Los últimos 18 km se reparten entre bosques, especialmente el primer tramo hasta cruzar el aeropuerto y desde A Lavacolla carretera hasta entrar en Santiago.
Esa última parte es un rompepiernas arriba y abajo hasta a través de un polígono industrial alcanzar el Monte do Gozo, desde donde podrás observar la ciudad de Santiago de Compostela.
Los últimos 5 km son cuesta abajo hasta entrar al casco viejo y a través de sus callejuelas desembocar en la plaza del Obradoiro y plantarte delante de la Catedral.
Es el Fin del Camino, esta aventura llega a su fin y solo un consejo: por muy cansado que llegues, por muy mal que lo hayas podido pasar, por muy mal que lleves los pies...seguro que repetirás...además...
EL CAMINO SE EMPIEZA A SABOREAR AL CABO DE UNOS DÍAS O SEMANAS CUANDO TE VES DE NUEVO METIDO EN LA RUEDA DIARIA DE LA VIDA.